Boletín nº7 Julio 2010
 

       
Noticias de prensa
 
La APDCAT dice que las videocámaras sólo trasladan de calle la delincuencia.
 

 

Fuente: EFE

La Agencia Catalana de Protección de Datos (APDCAT) considera que las cámaras de videovigilancia que se instalan por razones de seguridad en las calles no consiguen que la delincuencia se reduzca, sino simplemente que se traslade a otra zona.

Así lo ha asegurado, en una entrevista con Efe, Santiago Farré, jefe de la asesoría jurídica de la APDCAT, institución independiente que vela por el cumplimiento de la legislación vigente sobre protección de datos de carácter personal.

Farré afirma que la videovigilancia "está de moda", ya que en la ciudad de Barcelona, por ejemplo, este mes el Ayuntamiento ha anunciado la colocación de 16 nuevas cámaras en las zonas del Raval, la Rambla y el Gòtic.

Según Farré, se considera que poniendo una cámara en la calle se acaba con la inseguridad, pero esto no es cierto, ya que en la ciudad de Londres, por ejemplo, que es una de las más videovigiladas del mundo, no se han podido evitar atentados terroristas.

"El tema del terrorismo es difícil de evitar, pero es que poniendo una cámara tampoco se elimina la delincuencia, sino que simplemente se traslada de calle. No se soluciona el problema, sino que cambia de sitio", explica.

El problema reside, según el experto, en que para dar una sensación de seguridad se está afectando al derecho a la privacidad de las personas, ya que dichas cámaras captan la vida de la gente.

"Nosotros no decimos si el número de cámaras tiene que ampliarse o reducirse, pero sí creemos que tiene que haber sólo las necesarias, es decir, aquellas cuya utilidad se haya demostrado. Si pese a la videovigilancia sigue habiendo el mismo índice delincuencia; quiere decir estamos sacrificando el derecho a la privacidad de las personas", explica.

En cuanto a otras intrusiones en el derecho a la protección de datos de las personas, Farré explica que se ha de tener mucho cuidado con Internet, ya que no se puede controlar por dónde circula la información que damos en la red.

El experto señala en este punto que "el derecho al olvido en Internet es muy difícil", ya que cuesta mucho eliminar una información de la red una vez se ha publicado.

"Esto hay que tenerlo en cuenta porque en Internet, y sobre todo en las redes sociales, creamos un currículum vital que puede ver mucha gente y en el que salen cosas tanto positivas como negativas", advierte.

Farré explica asimismo que hay que saber que las redes sociales "no son una ONG".

"Las personas tienen que ser conscientes de que la información personal que dan tiene un valor, y que las empresas que están detrás de las redes sociales comercializan con dicha información, ya que realizan publicidad personalizada", apunta.

Por otro lado, Farré recomienda a los padres tener especial cuidado con los menores en el uso de la red.

"Estos son grandes conocedores de las tecnologías de la información, a menudo más que los adultos, pero la mayoría no son conscientes de las consecuencias de sus actos. Por ello hay que vigilar el uso que hacen de Internet", aconseja.

En cuanto a las empresas de telefonía o publicidad que cometen irregularidades con la protección de datos, Farré explica que hay formas de evitar las llamadas comerciales, solicitando que ante nuestro número en la guía telefónica aparezca una letra U, que impide su utilización a empresas de publicidad, o apuntando nuestro número en la denominada Lista Robinson, para no recibir ese tipo de información.

Aunque Farré recuerda por último que, como siempre, la prevención es lo más aconsejable.

"Muchas veces damos nuestro consentimiento a que utilicen nuestros datos porque no nos apetece leer las cláusulas que nos envían. Aunque también hay algunas que son abusivas, y entonces hay que tomarse la molestia de denunciarlas", concluye.